
Con el fin de la temporada estival y la inminente llegada del frío y la lluvia, es buena idea ordenar nuestros espacios exteriores y aquello que los decora, como los cojines de exterior . Después de meses en los que los hemos abusado, conviene lavarlos bien y guardarlos en un lugar seguro a la espera de que pase la temporada de frío. Veamos juntos un truco para hacerlo mejor.

La temporada de calor ya ha terminado y al mismo tiempo ha comenzado la temporada de lluvia, frío y viento , en la que evidentemente utilizaremos menos nuestros espacios exteriores como jardines, porches, balcones y patios.
Para amueblar estos espacios solemos utilizar sillones, sillas, sofás u otras cosas, que se componen de una parte rígida (hierro, madera o plástico) y una parte blanda, cojines acolchados . La cuestión es que estos cojines de exterior están expuestos al sol, al polvo y a diversas suciedades que, inevitablemente, se depositan sobre ellos durante los meses de verano. Puede ocurrir entonces que durante el verano se mojen con los clásicos chubascos estivales y que se genere moho y malos olores a partir del agua absorbida. Por tanto, está claro que es necesario lavarlos e higienizarlos bien y con más frecuencia de lo que pensamos.
Para ello basta con llenar un recipiente con agua fría y poner en él un poco de jabón de Marsella (rallado para que se disuelva más fácilmente) o un poco de ácido cítrico . Mezclar bien para disolver el jabón o el ácido cítrico y sumergirlo en un paño de microfibra .

Antes de pasar a la limpieza propiamente dicha, intentamos eliminar la mayor cantidad posible de suciedad y polvo de la superficie . Para ello podemos utilizar una esponja seca, un batidor de alfombras o una aspiradora. A continuación, escurre ligeramente el paño y pásalo con fuerza por toda la superficie del cojín. Podemos repetir la operación varias veces.
Otro paso muy importante es el último, el del secado , que debe realizarse al aire y al sol , para que se destruyan aún más los gérmenes y bacterias residuales.
Con este remedio y pequeñas precauciones diarias, como pasarles la aspiradora y cepillarlas a menudo, o taparlas con sábanas cuando llueve, podremos darle a nuestras almohadas una vida más larga , un mejor aspecto y un aroma excepcional .