Evite estos errores al cocinar huevos duros: cómo cocinarlos a la perfección

Mucha gente considera que cocinar un huevo duro es la receta más sencilla que se puede hacer en la cocina.

Ciertamente, este procedimiento requiere mucha menos habilidad que muchos otros preparativos, pero también tiene reglas a seguir. Si quieres cocinar un huevo duro absolutamente perfecto tendrás que respetar algunas reglas y evitar cometer ciertos errores.

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¿Cómo hacer huevos duros perfectos?

1. La elección de los huevos

En la cocina, la elección de las materias primas es fundamental para el éxito de un plato. Incluso para preparar un huevo cocido conviene utilizar ingredientes frescos, mejor aún si el huevo en cuestión procede de una granja ecológica. Asegúrate de que las gallinas hayan sido criadas al aire libre y alimentadas sanamente, para tener los mejores ingredientes posibles a tu disposición.

2. Sácalos del frigorífico en el momento adecuado

Los tiempos de cocción son importantes, pero también lo es saber cuándo sacar los huevos del frigorífico. Si no quieres estropear tu huevo duro, será mejor que los saques del aparato al menos 15 minutos antes de empezar a cocinarlos. Este periodo de tiempo permitirá que las bajas temperaturas desaparezcan de forma natural y evitaremos choques térmicos.

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3. Agrega el vinagre

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No todo el mundo sabe que uno de los trucos para cocinar huevos duros a la perfección es añadir una cucharada de vinagre al agua. Este reaccionará con los componentes de la cáscara, facilitando el pelado posterior. Además, el vinagre hará que la clara del huevo quede más compacta, evitando que se salga de la cáscara.

4. Ten cuidado al cocinar

En la cocina nunca hay que tener prisa. Dedica el tiempo de cocción adecuado a cada plato y quedará con un sabor inmejorable. Los huevos duros requieren diferentes tiempos de cocción, según su tamaño.

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Los más pequeños necesitarán 8 minutos de cocción, mientras que los más grandes necesitarán 10. Si hierves el huevo poco tiempo obtendrás un huevo pasado por agua, mientras que al revés, si lo dejas en remojo mucho tiempo. Tendrás un huevo no comestible y de un color poco atractivo.