Muchos hogares franceses ya han adoptado el truco del cuenco de arroz en el armario. Así se resuelve un problema habitual en los armarios, que están cargados y tienden a absorber los malos olores.
La regla de oro que debes conocer
El armario es el lugar donde se guarda la ropa de verano y de invierno. Permanece cerrado la mayor parte del tiempo, lo que naturalmente genera olores desagradables. Sin embargo, los tejidos de la ropa tienden a absorber los malos olores.
Por eso es importante favorecer una buena circulación del aire en este compartimento. Sin embargo, como el armario está siempre cerrado, esta solución no es definitiva. Los malos olores se acentúan cuando la ropa está amontonada.
Por eso, antes que nada, es importante asegurarse de que la ropa guardada en los armarios está perfectamente seca. Antes de volver a guardar ciertas prendas en el armario, acuérdate de quitarles el polvo.
Una vez hecho esto, puedes aromatizar el interior con lavanda o cedro. Este último es especialmente popular por su olor aromático y desprende una fragancia fresca y agradable.
Esto es lo que ocurre si pones un cuenco de arroz en tu armario: te sorprenderán los resultados.
Para evitar que se formen malos olores en el armario, puedes utilizar un cuenco de arroz crudo. Al igual que la sal y el bicarbonato sódico, el arroz es un absorbente natural.
El armario es un lugar donde se acumula toda la condensación que se produce al encender la calefacción. Este calor húmedo es percibido por los tejidos, que se vuelven malolientes. Para contrarrestarlo, puedes utilizar este truco:
- Pon un puñado de arroz crudo en un cuenco;
- Colócalo en el armario después de añadir unas gotas de aceite esencial;
- Cúbralo con un paño.