
n vaso de agua en el microondas: el truco que te facilitará descongelar tus alimentos.
Descongelar alimentos puede resultar molesto y complicado, pero congelar es sin duda el mejor método para conservar nuestros alimentos. Hay muchas formas de descongelar un producto del congelador, pero la más rápida utiliza las acciones del microondas.

Este aparato es útil para muchas funciones y descongelar alimentos es una de ellas. Normalmente el microondas tiene una función específica de “descongelación”, y mucha gente cree que es suficiente con utilizarla, simplemente fijando un periodo de tiempo determinado y ampliándolo según sea necesario.
Sin embargo, existe un método para facilitar todo el procedimiento y se utiliza un vaso de agua muy común. Llena un vaso con agua del grifo y colócalo en el microondas, junto con tu comida, mientras descongelas.
Las partículas de agua presentes en el vaso evitarán uno de los clásicos problemas que surgen en estos casos, que es la descongelación prematura de los bordes de los alimentos.
Con este objeto dentro del aparato las ondas del microondas se difundirán uniformemente, descongelando los alimentos perfectamente. Este sistema es realmente sencillo y fácil de utilizar, y sobre todo gratuito, así que no dudes en aprovecharlo siempre que se presente la oportunidad.
Un último consejo que queremos darte a este respecto se refiere a algunos alimentos que sería mejor evitar congelar.
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Los huevos, por ejemplo, deben comerse frescos y al congelarlos sólo se podría romper la cáscara, haciéndolos no comestibles. Los productos lácteos como la leche, el queso tierno y la nata también deben evitar encontrar espacio en el congelador.

Estos, de hecho, obtendrían una consistencia granulada que arruinaría por completo su calidad. Asimismo, las patatas tampoco son especialmente aptas para congelar, ya que este proceso las vuelve harinosas y poco apetecibles.
En cualquier caso, la regla más importante a recordar en este ámbito es no congelar nunca por segunda vez un producto ya descongelado. Esto, de hecho, puede provocar una proliferación bacteriana y una segunda congelación no reduciría en lo más mínimo el riesgo de exposición.
