Con el uso continuo sobre los fogones, nuestras ollas y sartenes tienden a mancharse y acumular una importante cantidad de suciedad y grasa que, con el calor, tiende a anidarse en su fondo, haciendo que todo sea realmente difícil de eliminar.
Esto sucede debido a las salpicaduras de alimentos que, al entrar en contacto con las altas temperaturas, tienden a incrustarse, provocando así mayores problemas relacionados con su limpieza e higienización.
Aunque existen en el mercado muchos detergentes elaborados específicamente para la resolución de estos problemas, es posible utilizar técnicas con productos naturales, para evitar el uso excesivo de productos ricos en sustancias químicas nocivas para el medio ambiente y para nuestro organismo.
En este caso concreto se utilizarán dos ingredientes absolutamente naturales, siempre presentes en toda cocina ya que se suelen utilizar para la elaboración de muchas recetas: la sal y las patatas.
Estos dos ingredientes, gracias a sus componentes, son capaces de ayudarnos a liberarnos de molestas incrustaciones, limpiando el fondo de ollas y sartenes, dejándolas como nuevas. Esto se debe a que el almidón presente en el interior de las patatas es un potente quitamanchas, mientras que la sal es un excelente desengrasante y desinfectante.
Lo único que necesitaremos para implementar este procedimiento tan sencillo será:
- 1 papa
- 1 puñado de sal
- 1 paño húmedo
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Lo primero que haremos será humedecer un paño, extenderlo sobre la superficie de trabajo y colocar encima el recipiente del que queremos quitar las incrustaciones, con el fondo hacia arriba para que podamos trabajar con él con total comodidad.
En este punto cogeremos nuestra patata, la cortaremos por la mitad y mojaremos la parte interna en sal, de forma que cubra toda la superficie.
Una vez hecho esto, solo queda frotar la patata en el fondo de nuestra sartén incrustada, intentando prestar más atención a las zonas donde las incrustaciones de grasa están más presentes, hasta que la mancha parezca haber desaparecido por completo.
Una vez terminado, solo queda limpiar nuestra maceta como de costumbre, enjuagarla y secarla con cuidado, para evitar acumulaciones de humedad.