La limpieza de la ducha es una de esas tareas que debemos realizar periódicamente, preferiblemente después de cada uso. Hasta ahora nada nuevo, dirás. ¿Pero estás realmente seguro de que lo estás cuidando correctamente?
A menudo pasamos por alto erróneamente un par de componentes. Casi damos por sentado que se mantendrán en excelentes condiciones incluso si se descuidan. La realidad, sin embargo, es otra y lo veremos en los siguientes párrafos.
Limpiando la ducha, no descuides estas dos partes: lo único que necesitas son ingredientes naturales
El primer elemento que se debe cuidar es el rociador de la ducha . Al estar en continuo contacto con el agua, pensamos que siempre se mantiene en excelentes condiciones. Pero no es así, ya que el propio paso del agua corre el riesgo de provocar la formación de piedra caliza . Para evitar encontrarte con incrustaciones difíciles de eliminar, te invitamos a cuidarlas periódicamente. Sin tener que comprar productos en el mercado, podrás arreglártelas, simplemente utiliza los ingredientes adecuados.
Si es posible, rocía vinagre blanco cada vez que limpies la ducha, dejándola correr unos minutos antes de enjuagar. De lo contrario, si ya se ha depositado la cal, sumerja el cabezal de la ducha en una solución de vinagre blanco o ácido cítrico . Colócale una bolsa de plástico, sujétala con una banda elástica y déjala toda la noche.
El segundo componente a evaluar es la barra de ducha . A menudo, erróneamente, no nos interesamos por ello. Quitar la suciedad es un juego de niños: basta con humedecer un paño en vinagre blanco o alcohol . La situación se complica cuando se forma óxido (¡por eso te decimos que un mantenimiento periódico es lo mejor!). Si este es el caso, frote una hoja de papel de aluminio humedecida y arrugada . O bien, sírvete bebidas carbonatadas , que al tener dióxido de carbono te permitirán sobrellevar las molestias.