Dile adiós a la cal: un método tradicional para tener el rociador de ducha como nuevo

El cabezal de la ducha está obstruido con cal? Con este remedio casero solucionarás este problema de una vez por todas.

No hay duda de que la cal es un elemento decididamente difícil de eliminar. La cal se acumula fácilmente con el simple flujo de agua y cuanto más tiempo pase más difícil será eliminarla fácilmente.

Situaciones de este tipo causan muchos inconvenientes durante la limpieza del hogar y, en algunos casos, las consecuencias son verdaderamente “desastrosas”. Muchas personas se han visto obligadas a sustituir ciertos elementos de la casa, como el rociador de la ducha, precisamente a causa de la cal.

De hecho, su presencia tiende a bloquear las boquillas de este objeto, imposibilitando su uso. Debido a esto, muchas personas se ven obligadas a comprar cabezales de ducha nuevos con frecuencia.

Con el tiempo, este inconveniente puede salir caro y no es nada agradable tener que desembolsar dinero por algo que se puede solucionar mucho más barato.

De hecho, existe un antiguo remedio casero que te permitirá eliminar la cal de este objeto sin ninguna dificultad. ¡Sigue este procedimiento y en poco tiempo habrás solucionado tus problemas!

Prepare un recipiente lo suficientemente grande como para acomodar el cabezal de la ducha y llénelo con vinagre blanco. Este producto cuenta con muchas capacidades y una de ellas es la de disolver fácilmente la cal.

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Sumerge el cabezal de la ducha en el recipiente, asegurándote de que el vinagre cubra cada parte. Si el cabezal de la ducha no se puede retirar de la pared puedes realizar esta maniobra envolviéndolo en una bolsa de plástico llena de vinagre.

Después de sumergir por completo el cabezal de la ducha, deja actuar este líquido durante un par de horas aproximadamente. Pasado este tiempo, lo único que tendrás que hacer es retirar el elemento del vinagre y limpiarlo con un cepillo de cerdas suaves.

Con el tiempo de remojo, la cal se habrá ablandado por completo y eliminarla será muy sencillo. Después de limpiar el rociador de ducha, enjuaga los últimos residuos con agua caliente y vuelve a montarlo para que vuelva a funcionar como si fuera nuevo.

Si la incrustación es más dura de lo esperado, también puedes mezclar un poco de bicarbonato de sodio con el vinagre. En este caso, combina 70 g de bicarbonato de sodio con 240 ml de vinagre y deja que su mezcla actúe sobre el rociador de la ducha, eliminando cualquier capa dura de cal. Enjuague todo como en el procedimiento anterior para obtener la limpieza deseada.