Las bandejas de su horno son muy difíciles de limpiar, sobre todo si están sucias. Sin embargo, este método puede agilizar la limpieza.
Cuando utiliza el horno para cocinar sus alimentos, las preparaciones se someten a altas temperaturas y esto puede carbonizar los alimentos. Como resultado, se forman manchas resistentes y la tarea de limpieza se vuelve muy complicada.
Algunas recetas contienen azúcar, que carameliza y se fija en la superficie. Otras recetas son ricas en grasas, que dejan marcas difíciles de quitar. Cuando ves toda esta suciedad, te desesperas y dejas la limpieza para más tarde.
Sin embargo, si pospones la limpieza, los residuos y las salpicaduras se pegarán aún más a la superficie, volviéndose más duros y tenaces.
¿Cuáles son los dos mejores ingredientes para una limpieza eficaz?
Para eliminar el exceso de suciedad en las placas de cocción, el secreto está en utilizar estos dos productos milagrosos: vinagre y bicarbonato de sodio. Son dos ingredientes comunes que se encuentran en la mayoría de los armarios de cocina.
Para aprovechar al máximo estos productos, llena un fregadero con agua caliente. A continuación, añade cantidades iguales de bicarbonato sódico y vinagre blanco. A continuación, sumerge las bandejas del horno en esta mezcla y déjalas de 30 minutos a 1 hora.
Durante este tiempo, frote enérgicamente la bandeja del horno con la parte dura de la esponja. Realice movimientos circulares para evitar que se formen arañazos. Después, lava la placa con agua jabonosa y sécala.
Otro método imparable a tener en cuenta
Para perfeccionar esta primera técnica, puedes crear una pasta con bicarbonato de sodio y agua oxigenada. A continuación, aplica la mezcla sobre la superficie de la placa y déjala actuar entre 2 y 3 horas.
A continuación, utiliza una esponja para limpiar la pasta. Y no hace falta frotar demasiado fuerte. Basta con dar unas cuantas pasadas con la esponja y tu placa quedará brillante y como nueva.
El último consejo es utilizar hojas de suavizante. Llena la encimera con agua tibia y añade dos sábanas con un poco de detergente líquido en su interior. Después, deja reposar durante 3 horas o toda la noche.
A la mañana siguiente, retira las hojas y vacía la placa. A continuación, lávela con una esponja y agua jabonosa.