La cal puede apoderarse rápidamente del interior de tu hervidor o de tus grifos debido al contacto regular con el agua. Si crees que ya has probado todas las soluciones existentes para deshacerte de este depósito pero no han surtido efecto, esto es lo que tienes que hacer.
Es probable que nunca hayas oído hablar de ella, pero merece la pena adoptarla para acabar con estos desagradables depósitos.
Despídete de la cal en casa: ésta es la solución definitiva
Si hay un lugar donde puedes estar seguro de encontrar consejos valiosos que aún no se han compartido en Internet, son las redes sociales. Es donde la gente comparte sus experiencias y revela algunos de los trucos más eficaces de su abuela.
Por supuesto, algunos consejos son simplemente absurdos, pero otros merecen toda tu atención. Si quieres decir adiós a la cal sin gastar tanto dinero en productos, puedes contar con el chicle.
Hablamos de la goma que se usa en el colegio para borrar los lápices. La idea es la misma: basta con utilizar una goma de borrar para eliminar las manchas de jabón y cal de grifos y otras superficies. Sin embargo, siempre es aconsejable proceder con suavidad.
Otro truco que debes conocer
Existe otro método ineludible basado en el uso de productos totalmente naturales. Hablamos del vinagre blanco, que no sólo es un gran producto doméstico, sino también un excelente desincrustante. Puedes usar vinagre para quitar el polvo de las superficies, abrillantar ollas y sartenes, etc.
Como fan de las soluciones ecológicas, también deberías interesarte por el bicarbonato de sodio. Es un polvo blanco con excelentes propiedades abrasivas. Además, los cristales no dañan las superficies que se limpian.
Por último, en cuanto a la desincrustación ecológica, te recomiendo que utilices jabón de Marsella. Basta con pasarlo por un paño y limpiar suavemente las superficies del grifo.
Y por supuesto, no te olvides del limón, que no sólo es un gran aliado en la limpieza del hogar, sino también en la elaboración de remedios naturales. Para utilizarlo, basta con cortar el limón por la mitad y utilizar cada parte para fregar las superficies afectadas por la cal, directamente pero sobre todo con suavidad.