En verano, las duchas se utilizan mucho porque nos lavamos varias veces al día para refrescarnos del calor.
Como resultado, puedes acabar con la ducha sucia y con una capa de cal en los azulejos, la cabina de ducha, los grifos y la alcachofa de la ducha.
Pero no te preocupes, hoy vamos a enseñarte cómo mantener tu ducha limpia durante todo el verano.
Los azulejos
Después de utilizar la ducha, es hora de limpiar los azulejos. Esta parte de la ducha puede volverse opaca debido a la cal y a la humedad.
Para ello, te aconsejamos que los seques bien. Cuando ya no estén húmedos, coge un limón, pártelo por la mitad y pásalo por los azulejos como si fuera una esponja natural.
Déjalo reposar unos minutos antes de aclararlo con una esponja. A continuación, seca con un paño de microfibra. Después, podrás admirar la limpieza y el brillo de tus azulejos.
Cuidado, este método no es adecuado para baldosas de mármol o piedra natural.
La alcachofa de la ducha y el grifo mezclador
Las duchas y los grifos monomando son accesorios de acero. Como todos sabemos, este material puede perder brillo y pueden formarse manchas de agua en la superficie.
Lo primero que hay que hacer es limpiar la alcachofa y el grifo con un paño seco después de ducharse.
Sin embargo, puedes realizar una limpieza más a fondo para que brillen en cualquier momento. Basta con pasar una esponja empapada en vinagre por la superficie. Cuando las limpies, brillarán y parecerán casi como nuevas.
Si la alcachofa de tu ducha está obstruida y el agua no puede salir con normalidad, puedes intentar desatascar los orificios con el truco de la bolsa. Para ello, coge una bolsa de plástico resistente y llénala de vinagre blanco. A continuación, añade dos cucharadas de bicarbonato de sodio.
A continuación, sumerge la alcachofa de la ducha en la bolsa y sujétala con una goma elástica. Déjala dentro toda la noche y a la mañana siguiente verás que los orificios están completamente desatascados y el agua fluye perfectamente.
El truco de la bolsa es perfecto para eliminar la cal que se acumula en los orificios de tu alcachofa de ducha.