Sin un mantenimiento regular, los hornos acumulan depósitos de grasa y suciedad y desprenden mal olor. Si cree que basta con pasar un paño húmedo para eliminar la grasa del horno, se equivoca. Considere la posibilidad de utilizar jabón amarillo, apreciado por sus altas propiedades desengrasantes. He aquí cómo proceder.
Primer paso: eliminar toda la suciedad posible
Lo primero que tienes que hacer es eliminar las migas y residuos del horno. Para ello, utilice un paño de microfibra húmedo. Este paso es inevitable, ya que evita que los residuos se extiendan cuando limpies el horno.
Deja tu horno como nuevo con el truco del jabón amarillo
Se trata de preparar un producto desengrasante natural a base de jabón amarillo combinando medio trozo de jabón amarillo, 300 ml de agua y una cucharada generosa de bicarbonato de sodio.
Sigue estos pasos para elaborar el producto:
- Vierte el agua en un cazo y caliéntalo a fuego lento;
- Cuando el agua esté caliente sin llegar a hervir, introduce el jabón y remueve hasta que se disuelva;
- Añadir el bicarbonato sódico y esperar hasta que se forme una solución homogénea;
- Apagar el fuego y dejar enfriar unos minutos;
- Pasar a un pulverizador.
¿Cómo puedo desengrasar mi horno con el desengrasante DIY?
Una vez que tengas tu producto desengrasante, puedes pasar a la fase de limpieza propiamente dicha siguiendo estos pasos:
- Calienta el horno a 180°C durante unos minutos;
- Apaga inmediatamente el horno y rocía todas las partes del horno con el desengrasante;
- Concentrarse en las zonas más sucias;
- Dejar actuar durante al menos 30 minutos;
- Póngase guantes y empiece a fregar toda la suciedad con una esponja ligeramente abrasiva;
- Enjuagar la esponja de vez en cuando;
- Aclarar el horno generosamente con agua y dejar secar.