El chayote, también conocido como Sechium edule, es una planta trepadora muy productiva y fácil de cultivar, incluso a partir de un fruto comprado en el supermercado. Si dispones de un poco de espacio y clima cálido o templado, podrás cosechar múltiples frutos con un solo ejemplar.
¿Qué necesitas?
- 1 chayote maduro (ligeramente arrugado o que comience a brotar)
- Una maceta profunda o tierra de jardín
- Tutor o estructura para que trepe (rejilla, pérgola, cerca)
- Agua y sol directo
Paso 1: Escoger el chayote ideal
Selecciona un chayote que ya esté brotando naturalmente por uno de sus extremos. Si aún no ha germinado, puedes dejarlo a temperatura ambiente durante varios días hasta que lo haga. Este brote es el inicio de la futura planta.
Paso 2: Plantar directamente con la fruta entera
A diferencia de otras hortalizas, el chayote no se abre ni se pela. Se planta entero, con brote hacia arriba y en posición diagonal o semienterrado.
Cava un hoyo de unos 10-15 cm y cúbrelo parcialmente con tierra, dejando parte del brote expuesto al aire.
Paso 3: Elegir la ubicación adecuada
El chayote necesita sol directo al menos 6 horas al día y una estructura para trepar. Sus ramas pueden alcanzar varios metros de longitud. Se adapta bien tanto a tierra directa como a grandes macetas si tienen buen drenaje.
Paso 4: Riego y crecimiento
- Riega regularmente, manteniendo el sustrato húmedo pero no encharcado.
- La planta crecerá rápidamente y en pocas semanas se empezará a enredar.
- Añadir compost o fertilizante orgánico una vez al mes mejora la producción.
Paso 5: Cosecha abundante
A partir del tercer o cuarto mes, la planta comenzará a florecer. Poco después, notarás los primeros chayotes formándose entre las hojas.
Un solo chayote sembrado puede producir docenas de frutos durante la temporada, especialmente si se mantiene bien nutrido y podado.