Todos sabemos lo sensibles que son los cables de los cargadores de nuestros móviles. Parece que basta con transportarlos incorrectamente o almacenarlos de forma imperfecta, para que se rompan y nos obliguen a adquirir un cable nuevo.
Muchas personas se encuentran en esta situación constantemente, y se debe principalmente a la forma incorrecta en la que se almacenan estos objetos.
Para ayudar a quienes tienen problemas similares, queremos sugerir cuatro sencillos consejos, para evitar gastos innecesarios y garantizar que el cable de tu cargador dure el mayor tiempo posible.
Aprovecha una primavera
Una solución típicamente casera es reforzar el extremo del cable mediante un muelle de bolígrafo común. Simplemente enrolle este objeto alrededor del extremo del cable para evitar que el cable se doble y, en consecuencia, se rompa.
Utilice cable reforzado
Si no puede tolerar que el cable se rompa después de algunos usos, puede optar por comprar un cable reforzado. Estos productos están a la venta en cualquier tienda de electrónica o se pueden comprar cómodamente online. Estos están equipados con una especie de sistema de enrollado, que evita que se enreden y así evita que se dañe el cable.
Enrolle el cable correctamente
Esta es la principal causa de que el cable USB se dañe. Comúnmente este se dobla sobre sí mismo y se ata en sus propios extremos. Sin embargo, este sistema no es nada recomendable, dado que los componentes presentes en él pueden verse influenciados por la presión a la que están sometidos, cuando están bloqueados o doblados, y la mejor solución es envolverlos en círculos, sin ejercer por ello ningún esfuerzo. fuerza sobre ellos. Es mejor dejar el hilo “colgado” que encontrarlo roto.
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no lo estires
Otro de los momentos en los que los cables quedan más expuestos es cuando se conectan al dispositivo.
Mover el smartphone o la tablet cuando aún están conectados al cargador ejerce una presión incorrecta sobre el cable y esto provoca daños en sus extremos.
No se recomienda extender el cable al máximo, dado que no están hechos para soportar presiones similares y sobre todo no colocarlo en lugares donde alguien podría golpearlo, arrancándolo con un simple paso.