Cuanto más bellos son, más atención requieren. El concepto se puede extender a muchos contextos en las tareas del hogar, incluida la limpieza de baldosas cerámicas . Que dan un aspecto sublime es un hecho, pero también lo es la necesidad de cuidarlos frecuentemente a través de algunos productos que eliminen la suciedad y devuelvan el brillo.
4 productos para la limpieza de baldosas cerámicas
El primer paso es pasarlo con una escoba o aspiradora para eliminar la suciedad principal. Esto es sólo el comienzo, pero trate de ser minucioso porque luego repercutirá en el resultado general. Intenta trabajar, en la medida de lo posible, en las juntas de los azulejos y, en general, en los pequeños rincones de la casa.
No hay límite de tiempo máximo, así que toma todo lo que necesites. Y, si en ese momento concreto estás ocupado con diversas tareas, bríndale al menos un trato superficial . Eso sí, cuidado: cuando vuelvas a limpiar las baldosas cerámicas tendrás que empezar de nuevo.
Superada la primera fase, pensemos ahora en cómo deshacernos de la suciedad más rebelde. Cualquiera que sea el producto que elijas de los cuatro recomendados a continuación, viértelo en un balde con agua tibia y pásalo por la zona afectada, especialmente donde notes una mayor acumulación de polvo y suciedad.
El primer aliado es el bicarbonato de sodio : mezcla tres cucharadas del mismo y, una vez que hayas obtenido una pasta bastante espesa, aprovéchalo. Muchas veces recomendamos el bicarbonato de sodio por sus excelentes propiedades y seguro que no podemos prescindir de él a la hora de limpiar baldosas cerámicas. Una alternativa válida es el jugo de dos limones , quizás mezclado con una cucharada de vinagre blanco , para maximizar el rendimiento.
Te recomendamos entonces amoniaco , en la cantidad de cuatro cucharadas: mientras lo utilizas, protégete nariz y manos con guantes y mascarilla. Finalmente, permite llevarse el alcohol a casa , ponerlo en un nebulizador y rociar directamente sobre la superficie afectada.
Para finalizar, pasar el suelo con un cepillo, paño o trapo suave. Et voilà, ¡el juego está terminado!