Si no sabes cómo conservar bien el perejil fresco, se marchitará en pocos días. Como resultado, tendrás que tirar el caro manojo. Para paliar este problema, voy a contarte cómo hacer que dure el mayor tiempo posible.
Cómo conservar correctamente el perejil fresco para disfrutarlo el mayor tiempo posible
En agua
Si piensas utilizar el perejil durante unos días, lo mejor es guardarlo con los tallos empapados en agua.
Para empezar, retira las hojas dañadas o marchitas y, a continuación, lava y seca el perejil con cuidado. Con un cincel o un cuchillo afilado, corta los extremos de los tallos en ángulo sin dañarlos, como si fueran flores cortadas, para que puedan absorber bien el agua.
A continuación, forma una especie de manojo y sumérgelo en un vaso medio lleno de agua fresca. Asegúrate de que todos los tallos estén sumergidos en el agua y de que ésta no toque las hojas.
A continuación, coloca el vaso con el perejil en un lugar fresco y luminoso, alejado de la luz solar directa y de las corrientes de aire.
Si haces esto cambiando el agua cada 2 días, el perejil conservará su frescura durante 10 días o más.
En el frigorífico
Si el tiempo es cálido, coloca el vaso de perejil dentro de tu frigorífico en un estante bajo o medio.
También puede conservar el perejil envolviendo los tallos en una toalla de papel húmeda. A continuación, métalos en una bolsa de plástico sellada y colóquelos en el cajón de las verduras.
Sin embargo, aunque sustituyas la toalla de papel cada vez que se seque por otra húmeda, el perejil sólo durará unos días y no más en el frigorífico.
En el congelador
Congelar el perejil es la mejor manera de evitar que se estropee antes de utilizarlo. El congelador también es adecuado si quieres guardar tu hierba aromática para utilizarla cuando la necesites.
Retira las hojas, lávalas bien, sécalas bien y envuélvelas en film transparente, dejando escapar el exceso de aire.
Mételas en el congelador. Una vez endurecidas, después de 1 hora aproximadamente, desmenúzalas con las manos. A continuación, recójalos en una bolsa de congelación hermética.
Si quieres tener el perejil ya en porciones sin tener que medirlo cada vez, repártelo en cubiteras y añade un poco de agua. Cuando los cubitos estén sólidos, mételos en una bolsa de plástico y vuelve a meterlos en el congelador.
Cuando necesites perejil, simplemente coge un cubito y descongélalo en el microondas o pásalo por agua caliente.
El perejil puede conservarse en el congelador entre 6 meses y un año.