
El mármol es una piedra natural que , si se utiliza para terminar los detalles de la casa, da un aspecto elegante y refinado a las estancias. Tan bello como delicado, requiere el cuidado y la atención adecuados para preservar su brillo natural. A veces esto se convierte en un desafío, especialmente si compras productos específicos, dados los altos costos. Afortunadamente, existen algunos trucos sencillos de bricolaje que permiten obtener excelentes resultados sin gastar una fortuna.

El limpiador natural para alféizares de ventanas de mármol brillantes
Si necesitas limpiar los alféizares de mármol de las ventanas y te estás volviendo loco tratando de encontrar soluciones, observa más de cerca tu casa y te darás cuenta que están ante tus ojos. Unos cuantos ingredientes sencillos, pero cuidadosamente elegidos, realmente pueden hacer milagros. Utilizaremos sólo unos pocos ingredientes sencillos para preparar un detergente natural que hará brillar las superficies de mármol.

Consigue un poco de jabón de Marsella, bicarbonato de sodio y agua. El jabón de Marsella es un limpiador suave pero eficaz, perfecto para superficies sensibles como el mármol. El bicarbonato , por otro lado , tiene un ligero poder abrasivo que ayuda a eliminar la suciedad sin rayar.
Mezcla estos ingredientes en un bol, espolvorea bien el alféizar de la ventana con un paño húmedo para retirar el polvo y la suciedad que podría rayarlo si se frota durante la limpieza, rocía el detergente natural sobre toda la superficie, enjuaga bien y seca. El mármol lucirá inmediatamente más limpio y brillante.
Para que la superficie quede aún más brillante, puedes secar los alféizares de las ventanas con lana . Esta tela, gracias a sus propiedades electrostáticas, las hará tan brillantes que podrás verte en el espejo. La lana no solo pule, sino que también ayuda a eliminar cualquier residuo de polvo, dejando el alféizar de la ventana impecable.

Recuerda que para conservar el aspecto brillante e impecable del mármol tendrás que seguir unas sencillas reglas, como evitar el uso de sustancias ácidas, proteger la superficie con posavasos y tapetes y limpiarla periódicamente con un paño húmedo para evitar la acumulación de polvo y suciedad.