¿Ha visto alguna vez que las hojas del limonero se enroscan? Generalmente, esto se debe al estrés que experimenta su arbusto. Diversos factores pueden provocar este estrés, como la sequía, el viento excesivo, la falta de agua o la baja humedad.
Sin embargo, un exceso de riego o un suelo falto de nutrientes también pueden provocar hojas rizadas y amarillentas.
En este artículo se exponen algunas soluciones para reparar las hojas rizadas.
Falta de riego
Puede saber si su limonero necesita agua observando sus hojas. Las hojas que se rizan, se caen o se desprenden son un signo inequívoco de riego insuficiente.
Para ello, hay que regar cuando los 5 cm superiores de la tierra parezcan muy secos. El objetivo es que la tierra esté tan húmeda como una esponja escurrida.
Si haces esto, podrás regar tu limonero correctamente. De hecho, tendrás que añadir una gran cantidad de agua con menos frecuencia para que las raíces estén más fuertes y dependan menos del agua.
También debes acordarte de añadir abono y mantillo a tu limonero. Lo ideal es abonar el suelo cada 1 ó 2 meses con 2 ó 3 cm de compost y aplicar una capa de mantillo cada 3 ó 6 meses.
Temperaturas extremas
Cuando los limoneros están expuestos a temperaturas extremas y a una sequía excesiva, sufren los mismos problemas que si estuvieran mal regados. Como resultado, acaban con hojas amarillas y rizadas que se caen. Los limoneros son plantas que prosperan en un ambiente cálido y húmedo.
Por eso, si vives en una región con excesivo calor, tus limoneros sufrirán, sobre todo si los cultivas en campo abierto sin ninguna sombra.
La mejor solución es cultivar plantas que puedan dar sombra a tus limoneros en los días de mucho calor. También es importante mantener húmedas las raíces del árbol para evitar que las hojas se enrosquen.
Nutrientes inadecuados
Abonar en exceso el limonero puede causar estrés a la planta y provocar que las hojas se enrosquen, amarilleen y se caigan. La falta de nutrientes también puede causar este tipo de estrés, provocando un problema similar.
Para ello, hay que abonar el limonero correctamente. Cuando elijas un abono ya preparado, opta por el NPK (nitrógeno, fósforo y potasio).
Contiene el doble de nitrógeno que de fósforo y potasio. En cuanto al abono, elige compost fresco y de calidad.