Cómo limpiar la moka con sal. ¡Un truco muy útil!

El café es una de las bebidas más consumidas en el mundo y nuestra Península se sitúa entre los primeros puestos en cuanto a consumo del mismo, especialmente en su versión express.

Solemos tomar café nada más despertarnos y en ocasiones incluso a lo largo del día; a algunos incluso les encanta tomarlo antes de irse a dormir.

Con el avance de la tecnología, muchas personas ahora han pasado a utilizar la cafetera moderna, ya que esta es mucho más rápida. Sin embargo, hay quienes todavía no pueden abandonar la clásica, aunque más antigua, moka típica de la tradición italiana.

Existen muchos métodos que se pueden utilizar para limpiar nuestra querida cafetera, pero lo más importante es no utilizar nunca detergente para platos, excepto para lavar inmediatamente después de la compra, ya que puede arruinar el sabor del café.

Pero, ¿existe alguna forma sencilla y eficaz que pueda ayudarnos a mantenerla siempre limpia e higienizada? Pues sí y para ello bastará con utilizar un producto que siempre está presente en la despensa de todo hogar.

Estamos hablando de sal que es capaz no sólo de eliminar posibles incrustaciones, sino también de higienizarlo todo lo mejor posible.

El método en cuestión es muy sencillo y lo único que tendremos que hacer será desmontar nuestra cafetera e introducirla pieza a pieza dentro de un recipiente en el que se ha colocado agua caliente y vinagre blanco.

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Después de dejar actuar todo unos 30 minutos, revisamos todo y enjuagamos. Durante este procedimiento es recomendable revisar la junta y si está demasiado dañada es preferible cambiarla.

En este punto llega el momento de utilizar la sal. Una vez seco y vuelto a montar en todas sus piezas, solo nos queda verter el agua en el depósito, tal y como si fuésemos a preparar café. Antes de cerrar, añade una cucharada de sal y colócalo al fuego a fuego medio-bajo.

De esta forma, gracias a la ebullición y a la presencia de sal, nuestra moka quedará completamente purgada, revelándose perfectamente limpia e higienizada al finalizar el procedimiento.

Un consejo útil, que se debe aplicar inmediatamente después de utilizar este método, es enjuagar bien y volver a poner al fuego, sólo con agua, otras dos veces.