
La lavadora es un electrodoméstico que alivia notablemente la carga de las tareas del hogar, especialmente en hogares habitados por familias numerosas. Su uso en general es sencillo, pero dependiendo de las prendas que te interese lavar existen diversas medidas que pueden marcar una gran diferencia , tanto en la calidad del lavado como en evitar que se produzcan problemas muy molestos, como la pérdida de color de una prenda y la consiguiente coloración no deseada de otras prendas.
Sin embargo, este no es el único inconveniente con el que te puedes topar: en ocasiones un método de lavado incorrecto puede arruinar ciertos materiales que componen nuestra ropa, haciendo que ésta encoja o incluso se desgaste, dejándola inservible.
En cualquier caso, no te preocupes, siguiendo unos sencillos consejos podrás limitar o eliminar el riesgo de que se produzcan los acontecimientos que acabamos de mencionar o de que se produzcan más desastres, y podrás lavar tu ropa sin miedo a dañarla. Evidentemente estos problemas surgen cuando se hace necesario lavar múltiples prendas hechas de diferentes materiales y con diferentes colores . Aquí hay algunas pequeñas reglas a seguir para evitar que la pérdida de color cause daños a toda la carga de la lavadora.

Usando un “captador de color”
Presentes en el mercado desde hace mucho tiempo , las hojas de captura de color se utilizan para evitar desastres en el caso de que algunas prendas pierdan un poco de color. Normalmente el tinte disperso se mezclaría con el agua, y algunos tejidos más esponjosos (o todos si la pérdida es especialmente fuerte) asimilarían parte del tinte y se arruinarían.
Una lámina de color está hecha de un material muy absorbente que absorbe el tinte disuelto, evitando que entre en contacto con otras prendas y coloreándose a sí misma en lugar del resto de la carga. Existen diferentes tipos de marcas más o menos costosas para este producto; Te aconsejo que utilices marcas más conocidas (pero más caras) si necesitas lavar prendas especialmente importantes, o productos menos costosos para la ropa de uso diario.
Utilice detergentes especiales
La química avanza cada año y los detergentes también mejoran al mismo ritmo. En el supermercado o en tiendas especializadas en productos de limpieza para el hogar es fácil encontrar a la venta detergentes de diferentes marcas que reducen aún más el riesgo de decoloración al lavar ropa de color.
Sin embargo, yo personalmente uso al menos una hoja de captura de color para reducir casi por completo la posibilidad de daños. Como antes, tenga en cuenta que ahorrar en el precio del producto a veces (pero no siempre) también significa arriesgar que la eficacia del producto no sea perfecta.
Lave las prendas nuevas por separado
Cuando compras ropa nueva, puedes notar que el color es más brillante que otras prendas que ya han sido lavadas varias veces. Esto se debe a que hay una mayor cantidad de tinte presente en el tejido que tiende a perderse durante el lavado, a veces en cantidades imperceptibles que no crean problemas, otras veces en dosis mayores.
Por este motivo, le recomiendo encarecidamente que lave la ropa nueva en un lavado separado y quizás utilice dos hojas de captura de color. Para las prendas especialmente coloreadas, puede ser una buena idea dejarlas en remojo en un recipiente durante unos minutos y enjuagarlas antes de meterlas en la lavadora.
En general, el valor de las prendas puede marcar la diferencia: normalmente para prendas baratas se utilizan tintes que tienden a perder más color que una prenda con mayor valor de mercado.
Separar prendas blancas y de colores.
Aunque se trata de una regla fácilmente comprensible y ampliamente transmitida, muchas personas a veces tendemos a subestimarla, especialmente cuando tenemos prisa y pensamos en todas las demás tareas del hogar que debemos hacer durante el día. Sin embargo, es muy importante lavar las prendas de color en una carga separada de las blancas (total o casi por completo). De esta forma podrás evitar que un bonito par de calcetines blancos luzca rosado o marrón después del lavado, ya que las prendas blancas también tienden a mancharse más fácilmente.
Seguir las temperaturas y métodos indicados.
Esto también es obvio pero subestimado : cada tipo de tejido tiene sus propias reglas de lavado, en particular una temperatura máxima que, si se excede, puede provocar su decoloración. Si tienes mucha ropa para lavar y es posible, divide las de colores en subgrupos formados por fibras que requieran el mismo lavado (indicado en la etiqueta).
Si esto no es posible por motivos de gasto, tiempo u otros motivos, configure siempre la lavadora en función de la prenda más delicada, es decir, la que requiere la temperatura del agua más baja y el modo más delicado. Presta también atención al centrifugado y al lavado, porque algunas prendas podrían dañarse.
Intenta respetar al máximo estos sencillos consejos y verás que tu ropa saldrá de la lavadora tan colorida como entró, ¡sólo que mucho más fragante!