
Entre las plantas aromáticas más utilizadas, especialmente por la población italiana, se encuentra sin duda la albahaca. De hecho, es una planta que, gracias a su inconfundible sabor, se presta a multitud de preparaciones sabrosas, algunas de las cuales se han convertido en un símbolo de nuestra patria.
Es una planta que, para crecer en su mejor momento, necesita la cantidad adecuada de sol y calor y por ello suele desarrollarse de forma exuberante sobre todo durante la temporada de verano.

Sin embargo, hay quien nunca querría prescindir de su aroma y sabor en la mesa, ni siquiera durante los meses más fríos del año, cuando poder encontrar albahaca fresca resulta realmente complicado.
Es precisamente por ello que hoy hemos decidido desvelarte algunos trucos sencillos para conservar las hojas de albahaca de una forma absolutamente eficaz, teniendo la posibilidad de utilizarlas durante todo el año.

1. Congelar
Este es probablemente el método más rápido y sencillo de implementar, pero sin duda ofrece una gran oportunidad: congelar las hojas. Todo lo que necesitas hacer es lavar y secar las hojas de albahaca y luego colocarlas individualmente en una bandeja para horno cubierta con papel de horno. En este punto colocaremos la bandeja dentro del congelador durante un par de horas y, una vez congeladas, las podremos introducir en una bolsa frigorífica, guardándolas nuevamente en el congelador.
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2. En aceite
Incluso las conservas en aceite son perfectas para conservar nuestra albahaca durante mucho tiempo. Con este truco tanto el color como el aroma de la albahaca quedarán intactos. En primer lugar tendrás que esterilizar los frascos herméticos que quieras utilizar en agua hirviendo. Una vez hecho esto, lava las hojas de albahaca, sécalas con cuidado y colócalas en el frasco.
Asegúrate de que las hojas estén intactas y no tengan cortes ni rasgaduras. Llena el frasco con aceite, cuidando de cubrir completamente las distintas hojas. Una vez cerrado el envase sólo tendrás que guardarlo en el frigorífico y utilizarlo según sea necesario. Con este procedimiento la albahaca se mantendrá fresca durante unas 2 semanas y tendrás a tu disposición un aceite de fantástico sabor.

3. En sal
El procedimiento de conservación de la sal tiene orígenes muy antiguos. Este método aprovecha la capacidad de la sal para eliminar la humedad. Lavar la albahaca, secarla y colocarla en un frasco con cierre hermético. Alterna una capa de sal con la de hojas de albahaca, deteniéndote sólo a un par de centímetros del borde. Agrega una pequeña capa de aceite de oliva para completar y podrás conservar la albahaca durante meses.
4. seco
Este sistema utiliza varios métodos. Uno de ellos consiste en colgar ramitas de albahaca en el aire. Lávalas con cuidado, sécalas y ata los tallos. De esta forma habrás formado manojos y colgándolos en un lugar bien ventilado y alejado de fuentes de calor, en menos de dos semanas tendrás tu albahaca seca.
