La cerámica del plato de ducha (y del baño en general) merece una serie de cuidados, de lo contrario será fácil encontrarla rápidamente en muy mal estado.
¿Te ha pasado esto antes? En este caso, no culpes a la mala suerte, sino piensa en aprovechar al máximo el error que cometiste (tu negligencia) y piensa en arreglarlo.
Instintivamente buscarías un artículo confeccionado, vendido en la tienda local o en una plataforma de comercio electrónico. Sin embargo, es todo menos la mejor solución.
Plato de ducha amarillento: cómo devolverlo a su estado original sin dañar el medio ambiente
Aunque consigas precios favorables en la web, los preparativos de la empresa siguen siendo caros . Esto es especialmente cierto después del estallido de la inflación, que puso a las familias promedio en aún más dificultades.
Pero la verdadera y principal razón que debería impulsarlo a mantenerse alejado tiene que ver con el impacto en su salud y la de las personas con las que vive. De hecho, estas mezclas contienen elementos químicos y, como tales, nocivos. Tal vez el productor no lo haga alarde de ello a los cuatro vientos (y es fácil entender la razón), pero son dañinos.
En lugar de quedarse estancado en la búsqueda de la combinación perfecta lanzada por las empresas, considere un remedio ecológico, económico y fácil de aplicar . No, no les estamos vendiendo sueños, sino, como decía un conocido comercial, realidades sólidas.
¿Qué queremos decir exactamente? ¡ Un poco de bicarbonato de sodio ! Un aliado para mil eventualidades, que recomendamos a menudo. Si conoces sus destacables propiedades seguro que lo tendrás en casa. De hecho, presume de una versatilidad sin igual, capaz tanto de limpiar como de eliminar los malos olores .
En el caso de limpiar el plato de ducha, dilúyelo en cuatro vasos de agua , en un lavabo suficientemente grande. Luego, mezcla bien hasta obtener una mezcla espesa y homogénea . ¡Ahora ha llegado el momento de probar su rendimiento en el campo!
Aplicar todo sobre una esponja , pasar por las superficies a tratar y dejar actuar unos diez minutos . Finalmente enjuaga: ¡el plato de ducha volverá a brillar!