

Ha llegado el momento perfecto para limpiar a fondo la chimenea en tan solo unos segundos con este innovador y sencillo truco.
El verano se nos va y las temperaturas empiezan a bajar, por eso toca pensar en el mantenimiento para prepararnos para el invierno. No se trata sólo de limpiar la casa por dentro y por fuera, sino también de mantener la chimenea y los sistemas de calefacción para no correr el riesgo de sufrir diversos tipos de averías en invierno.
Para aquellos que poseen una chimenea – o cualquier cosa que tenga chimenea – es necesario limpiar los escombros y escombros de su interior. Es una operación que hay que realizar de forma correcta y periódica, incluso varias veces a lo largo del año, para evitar el riesgo de incendios en tu hogar.
¿Cómo haces eso? Aquí tienes un truco rápido y sencillo que puedes utilizar de inmediato.

¿QUÉ PASA SI NO SE LIMPIA LA CHIMENEA?
La chimenea es un elemento importante que hay que cuidar y proteger lo mejor posible para evitar accidentes e incendios. Su limpieza a menudo se subestima y es importante que un deshollinador profesional intervenga directamente de vez en cuando.
En Italia, mucha gente todavía tiene una chimenea en casa y, en las estaciones en las que no se utiliza, la chimenea se llena de carbón, hollín, diversos desechos y sustancias parecidas al alquitrán.
Depósitos de hollín, si no se eliminan, en todas las paredes de la chimenea. Esto da como resultado un estrechamiento del diámetro y un bloqueo del paso, perjudicando su funcionalidad. En algunos casos muy graves, las temperaturas internas del elemento aumentan hasta el punto de que pueden producirse incendios.
Por supuesto, no limpiar la chimenea también significa que las paredes de la casa, especialmente alrededor de la chimenea, se ennegrecerán.
Limpiar la chimenea con un extraño truco
Para que funcione de forma óptima, limpie primero las paredes ennegrecidas y luego la chimenea. Primero abres las ventanas, usas mascarilla y guantes.
Luego use una esponja de látex para pasar de arriba a abajo. Luego llena el bol con agua y añade una gota de detergente y dos cucharadas de ácido cítrico por litro.

Ahora toca mojar una esponja para limpiar el suelo y luego secar (sin frotar) con una toalla limpia. Repite el proceso hasta que la pared vuelva a estar blanca, luego ayúdate de una mano de pintura.
Ahora deje que el deshollinador suba a través de la chimenea hasta la chimenea con 5 pasajes. Repita el proceso hasta que se hayan eliminado todos los escombros y el hollín.
La chimenea está lista para encenderse.

