Casi todo el mundo se equivoca: porque las toallas no son suaves ni perfumadas

Acabas de regresar de un largo y agotador día de trabajo. Te lanzas a la ducha anticipando el momento en el que saldrás y te dejas envolver en tus toallas . Un pequeño y merecido abrazo capaz de devolverte al mundo.

Es una pena que, cuando lo haces, la realidad no coincida con tu fantasía. Las fibras no son muy suaves, menos de lo que esperabas. ¡Y pensar que ese producto se anuncia constantemente en la televisión!

El error que no debes cometer si quieres conseguir toallas suaves y perfumadas

muchas toallas

Si alguna vez ha tenido una experiencia como esta, sepa (por si sirve de algo) que cuenta con toda nuestra solidaridad. A primera vista, crees que has hecho algo mal con el método . Tienes una vaga impresión de que hiciste algo mal en el proceso.

Por ejemplo, llenaste demasiado la lavadora . O no dividiste los blancos y los colores, para fijar temperaturas más altas para los primeros. O, de nuevo, tardaste demasiado en el proceso de secado. Cada uno de estos errores típicos ciertamente puede tener un impacto en la consistencia final.

Chica con toalla en la cabeza

Pero en muchos casos se trata de elegir el suavizante adecuado . Pues sí, el defecto muchas veces radica precisamente en el compuesto adquirido en el centro comercial.

Las empresas, inteligentes como un zorro, proponen sus respectivas creaciones con gran énfasis, contando con testimonios correctos, carismáticos y afables, inducen a confiar plenamente en las promesas, sin siquiera tener que preocuparse de probar primero su calidad. Además, los enormes gastos incurridos aumentan el sabor amargo de la burla.

Estamos casi listos para recomendar una solución ecológica: fácil de preparar y económica, resultará ser el aliado ideal.

Rosa en toallas

Te hablamos del ácido cítrico , para diluir, en una dosis de 150 gramos, en un litro de agua. Pon la mezcla dentro del cajón del suavizante y finalmente ¡saldrá tu toalla favorita como en los comerciales!