Los hornos son uno de los electrodomésticos más difíciles de limpiar. La suciedad, los restos de grasa y los olores se mezclan y el horno se ensucia mucho después de unos cuantos usos. Pero que no cunda el pánico. Te propongo los mejores trucos para dejar el horno como nuevo con unas pocas pasadas de bayeta. ¡Y la gran ventaja de todos estos métodos es que utilizan productos 100% naturales!
Vinagre blanco
Para limpiar un horno de forma rápida y eficaz, el producto milagroso que debes utilizar es el vinagre blanco.
Empieza por quitar la rejilla del horno y la bandeja. A continuación, coge un recipiente y mezcla el vinagre blanco, 2 cucharadas colmadas de bicarbonato sódico y un poco de agua. Con una esponja, aplica un poco de esta mezcla en las paredes del horno. A continuación, introduce el recipiente con el resto de la mezcla en el horno. Enciende el horno y caliéntalo a 100°C durante 50 minutos. Una vez transcurrido este tiempo, puedes limpiar fácilmente los restos de suciedad con una esponja.
Limones
El limón es un cítrico muy versátil. Tiene propiedades antibacterianas que pueden utilizarse para limpiar el horno y sus superficies sucias.
Para este truco, extrae el zumo de dos limones. Pon la mitad del zumo en otro recipiente. Con una esponja, aplica el zumo de limón previamente extraído sobre las paredes sucias de tu electrodoméstico. Déjalo actuar durante 5 minutos. A continuación, introduce el bol lleno de zumo en el horno. Caliéntalo a 250°C durante 30 minutos. Después, con un paño o una esponja, limpie las paredes, que quedarán perfectamente limpias.
El periódico
Una vez que hayas leído el periódico, no lo tires: puede ser un gran aliado a la hora de descongelar un horno sucio.
El método es muy sencillo. Coge un poco de papel de periódico y humedécelo. A continuación, frótalo por todas las paredes de tu horno para eliminar residuos y grasa. En pocos minutos, tu horno volverá a ser el de antes.
Limpia el horno con regularidad
Para que la limpieza de tu horno no sea una tarea pesada, acuérdate de limpiarlo con regularidad. Así no tendrás que fregar con todas tus fuerzas para eliminar los restos de grasa. Además, hay otros consejos más sencillos que pueden ayudarte a ahorrar mucho tiempo durante la limpieza.
