La siembra otoñal no siempre tiene que ver con las espinacas o los canónigos. También hay hortalizas que merecen su lugar en el huerto. Pueden caer en el olvido por considerarse anticuadas, pero son auténticas fuentes de nutrientes. Te las voy a presentar en este artículo.
Perifollo tuberoso
Esta hortaliza es parecida a una zanahoria pequeña. Esta planta herbácea se presta a la misma preparación que el apionabo o la chirivía. Sin embargo, sus hojas son venenosas.
Siembre el perifollo tuberoso entre noviembre y diciembre. Para ello, esparza las semillas en hileras separadas 30 cm, en surcos poco profundos. La germinación tiene lugar en primavera, pero la cosecha se efectúa entre junio y julio.
Cuartos de cordero
También conocida como espinaca silvestre, la hierba de los corderos se cultiva en suelos bien abonados en otoño o primavera. Debe cultivarse fuera de la estación cálida.
Siembre las semillas en hileras y surcos menos profundos, a 50 cm de distancia. Asegúrate de que estén plantadas fuera de la luz solar directa. Cubra generosamente con mantillo y no olvide regar cuando la tierra esté seca. Cosecha en primavera u otoño.
Col mizuma
La col mizuma es una de las muchas variedades de col. Es originaria de China y se consume como ensalada.
Esta hortaliza no sufre con el frío. Se siembra en otoño, de octubre a diciembre. Para ello, plante las semillas en surcos poco profundos, a 25 cm de distancia.
Esta col tiende a crecer con rapidez, por lo que conviene vigilar de cerca su crecimiento. Entre las plantas de crecimiento más rápido, la col mizuma encabeza la lista. Se puede cosechar unas tres semanas después de que haya brotado.
Cebolla perpetua
También se conoce como cebolla rocambola. Puedes sembrar las semillas desde finales de febrero hasta marzo y, por supuesto, en otoño. Para ello, siembra los bulbillos en un surco poco profundo, a 25 cm de distancia.
A las semillas les gusta el sol. En cuanto a la cosecha, puede recolectar las hojas jóvenes antes que los bulbillos, de julio a septiembre.
