Desengrasar la encimera es muy importante, pero a menudo una parte de este elemento de la cocina, que fácilmente pasa desapercibida, consiste en limpiar los platos.
Los fogones que utilizamos a diario para nuestras preparaciones culinarias se ensucian como cualquier otra parte de la cocina y por ello es nuestro deber cuidarlos para evitar que se estropeen.
Normalmente no todo el mundo se da cuenta de lo sucios que pueden llegar a ser estos elementos, pero prestando un poco más de atención se puede entender que es muy fácil que las placas de la encimera acumulen grasa y residuos, más que otras zonas de la encimera.
Hoy queremos sugerirte el mejor método para devolver estos elementos a su aspecto original y para ello ni siquiera tendrás que utilizar productos químicos nocivos para tu piel.
Los únicos ingredientes que necesitas obtener para completar este procedimiento son los siguientes:
- Ácido cítrico
- vinagre blanco
- agua hirviendo
Como podrás comprender, se trata de elementos de fácil obtención y sobre todo totalmente naturales. Una vez que los hayas obtenido, sigue estos pasos para que las placas vuelvan a brillar, sin el más mínimo esfuerzo.
Comienza el proceso retirando los platos de la encimera y colocándolos en un bol bastante grande. Agrega un par de cucharaditas de ácido cítrico en su interior y vierte también una buena cantidad de vinagre de vino blanco.
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Los dos elementos interactuarán entre sí, de hecho notarás la formación de una acción efervescente. Déjalo actuar unos segundos, luego vierte el agua hirviendo en el recipiente.
Cuando los platos estén sumergidos en el líquido, déjalos reposar en su interior durante un cuarto de hora. Cuando haya pasado este periodo de tiempo, podrás sacar los platos del recipiente y enjuagarlos con agua corriente.
Utiliza una esponja de cocina para eliminar los posibles residuos y notarás que después de este tratamiento, desaparecerán con la primera pasada. Para finalizar el procedimiento, seque cuidadosamente cada placa y vuelva a montarla en su lugar, asegurándose de que esté perfectamente seca, antes de encenderla.