Aprendí a conservar frutas y verduras así y ya no desperdicio nada. ¿Tu también lo haces?

Evitar el desperdicio y almacenar adecuadamente los alimentos se ha vuelto esencial hoy en día para ahorrar dinero y cuidar el medio ambiente. Especialmente a la hora de comprar frutas y verduras, que son alimentos fácilmente perecederos, hay que tener cuidado de comprar la cantidad que se puede consumir en ese momento. Sin embargo, debido a la falta de tiempo, existe una tendencia a abastecerse de suministros semanalmente. Esto nos deja con el problema de asegurar que las frutas y verduras duren el mayor tiempo posible.

manzanas

Cómo almacenar correctamente frutas y verduras

Para echarte una mano, hoy te enseñamos cómo conservar mejor las frutas y verduras y conseguir que se mantengan frescas el mayor tiempo posible.

Empecemos con una verdura que se consume prácticamente a diario: la zanahoria . Para conservarlas lo mejor posible deberás colocarlas en un lugar fresco y seco. Las zanahorias se pueden conservar en el frigorífico. Córtalos en trozos más pequeños y colócalos en un recipiente hermético lleno de agua fría. O envuélvalos en una bolsa de plástico transpirable para evitar que se forme humedad.

Pasemos a los limones. Si las cortas a la mitad para preparar alguna de tus recetas y te sobra la otra mitad, puedes guardarla en el refrigerador colocándola con la parte cortada en contacto con un platillo con agua. De esta manera los limones se mantendrán frescos y jugosos durante varios días. Si necesitas guardarlos enteros, puedes envolverlos en una bolsa de plástico o ponerlos en un recipiente hermético y colocarlo en el refrigerador. Siempre en la nevera y cerrado en un recipiente hermético, podrás conservar el zumo de limón y utilizarlo para preparar bebidas o platos diversos.

bayas

En cuanto a las bayas como las fresas, los arándanos o las moras, puedes guardarlas en una bandeja cubierta con una hoja de papel de cocina. Antes de guardarlos, lávelos suavemente y séquelos para eliminar cualquier residuo de suciedad.

Por último, si necesitas conservar quesos curados , puedes introducirlos en el frigorífico, envolviéndolos en una hoja de papel de horno o guardándolos en un recipiente hermético para evitar que absorban olores de otros alimentos o humedad del ambiente circundante. Es necesario voltear los quesos de vez en cuando para evitar que se forme moho en la superficie.