La sal tiene muchas ventajas, ¿sabías que untarla sobre la esponja puede facilitar mucho la limpieza de tus platos? Aunque no se trata de un método muy extendido, quienes han tenido el coraje de probarlo sobre el terreno confirmarán sus ventajas.
Nos parece casi superfluo detenernos en las cualidades de la sal. Muchas veces te hemos hablado de ellos en estas mismas páginas y probablemente ya conozcas los principales, empezando por el sabor que se les da a los platos. Aumenta su agrado, por lo que casi nunca nos privamos de él.
Por qué ponerle sal a la esponja antes de lavar los platos
Por tanto, en esta ocasión concreta nos centraremos en el truco de untar sal sobre el bizcocho. ¿Por qué es esta una buena idea? Te lo explicamos enseguida. Como ya sabrás, tiene una excelente acción depurativa . Y es precisamente esta cualidad la que pretendemos explotar.
El resultado final será más convincente con la ayuda del vinagre blanco . Dos productos ecológicos, fáciles de encontrar y baratos. Realmente no está mal, ¿verdad?
Sin perdernos en largos preámbulos, veamos cómo aplicar la técnica. Empiece por coger su viejo bizcocho y espolvorearle dos cucharadas de sal . A continuación, vierte medio vaso de vinagre blanco . En este punto, tenga paciencia. Dale tiempo a la mezcla para que actúe: tardará unos 15 minutos. Ahora dale la vuelta al bizcocho y repite la misma operación.
Nada complicado ni prohibitivo. Para mejorar el rendimiento, puedes dedicar fácilmente incluso un par de horas . Evalúe en función de su disponibilidad de tiempo real. Esto siempre que se enjuague una vez completado el procedimiento.
Alternativamente, toma un recipiente con agua caliente y vierte en él una taza de vinagre blanco y dos puñados de sal gruesa . Sólo entonces empaparás la esponja.
Si prefieres la segunda opción, intenta dejar pasar una noche entera. Cuando te despiertes, te complacerá notar las claras mejoras.