Tener superficies y objetos que brillen no es tarea fácil. He aquí una solución inteligente que cambiará su vida por completo.
En el hogar, hay objetos y superficies que necesitan una atención y un cuidado especiales.
Ya sea una limpieza a fondo o un pulido para darles un aspecto más atractivo, a menudo nos enfrentamos a la tarea de limpiar la cubertería de plata o las superficies metálicas. Pero el resultado no siempre es satisfactorio.
Aluminio y sal gorda: sus preciados aliados para un brillo inigualable
Si tienes vajilla y cubertería de plata, sabes perfectamente que hay que pulirlas regularmente para que vuelvan a estar como nuevas. Aunque sea una tarea bastante complicada, intentaremos que brillen para que luzcan en todo su esplendor.
Para conseguirlo, solemos utilizar productos para evitar la oxidación. Sin embargo, mucha gente desconoce que los elementos necesarios para este procedimiento se encuentran en el mismo armario de la cocina.
El primer producto que se necesita es el aluminio. Presente en casi todos los hogares, el aluminio se utiliza principalmente para conservar los alimentos. Sin embargo, también tiene otras propiedades insospechadas.
De hecho, si utilizas papel de aluminio con sal gorda y bicarbonato sódico, puedes conseguir resultados sorprendentes.
Sólo tienes que seguir este sencillo procedimiento, que requiere tener a mano estos pocos productos: papel de aluminio al menos el doble de largo que el fondo del recipiente, dos cucharadas de sal gorda, una cucharada de bicarbonato sódico y un poco de agua caliente.
¿Cuál es el siguiente paso en el proceso para conseguir objetos plateados brillantes?
Coge un recipiente y cúbrelo con papel de aluminio, procurando que la cara brillante quede hacia arriba. A continuación, añade el agua caliente, el bicarbonato de sodio y la sal gorda. Mezcla bien todos los ingredientes y sumerge en ellos los objetos de plata que vayas a pulir.
Cuando todos los objetos estén bien sumergidos en la solución, cúbrelos con los extremos del papel de aluminio que sobresalen. A continuación, déjalos reposar durante unos 30 minutos.
Durante este tiempo, se producirá una reacción química. Esto eliminará la capa opaca de la plata transfiriéndola al papel de aluminio.
Transcurridos 30 minutos, aclara los objetos de plata y sécalos con un paño suave. El resultado: ¡objetos que brillan!