¿Acaba de sacar los platos del lavavajillas y todavía están sucios? Este es un problema que puede solucionarse en 5 minutos. ¡Arréglalo ya!
En los tiempos que corren, los expertos aconsejan preferir el lavavajillas al lavado a mano. Es mucho más barato porque, en un solo lavado, el electrodoméstico puede limpiar mucho más que a mano. Además, consume menos energía porque calienta menos agua. Por eso, no es aconsejable lavar la vajilla a mano, sobre todo si acostumbras a dejar el grifo abierto, ya que lo único que conseguirás es desperdiciar mucha agua.
Sin embargo, si lavas bien los platos en el lavavajillas con tu detergente habitual, es posible que sigan muy sucios y llenos de incrustaciones. En este caso, no se alarme y no se apresure a llamar a un técnico. El problema puede ser más sencillo de lo que crees, e incluso puede solucionarse en 5 minutos.
¿Salen platos sucios del lavavajillas? ¡Tienes que limpiar el lavavajillas!
Cuando hablamos del coste excesivo de las facturas, nos referimos inevitablemente al uso de los electrodomésticos, que representa una suma considerable a final de mes. Para intentar reducir estos gastos, recomendamos poner en marcha el lavavajillas sólo con la carga completa y no aclarar la vajilla antes de introducirla en la máquina.
Para limpiar bien la vajilla, basta con retirar los restos sólidos de comida con una esponja y, a continuación, introducirla en el lavavajillas. La fuerza del agua hará que brillen perfectamente.
Sin embargo, al final del ciclo de lavado, algunas manchas e incrustaciones pueden seguir siendo visibles al abrir la puerta. En este caso, es necesario limpiar a fondo el propio lavavajillas. Para ello, retira los restos de comida del filtro y frota cuidadosamente las esquinas y las cuchillas con un cepillo. Esta operación de limpieza debe realizarse al menos una vez al mes. Garantizará que el lavado de su máquina sea siempre preciso y eficaz.
Retire las piezas desmontables como las boquillas, el filtro y los componentes internos de su lavavajillas y límpielos a fondo con bicarbonato sódico y vinagre. A continuación, con un cepillo, friega enérgicamente las esquinas interiores.
A continuación, realiza un lavado a alta temperatura con productos específicos para la limpieza de lavavajillas. Así conseguirás que tu electrodoméstico se mantenga limpio y funcional durante mucho tiempo. Al final del lavado, abre la puerta y deja que todo se seque al aire. Así evitarás que se formen olores desagradables.