
Cuando llega el verano y suben las temperaturas, una de las molestias más habituales con las que me he encontrado es el mal olor que se puede sentir en la lavadora .
El calor, de hecho, favorece la proliferación de bacterias en el interior de la cesta , sobre todo si no se siguen algunas buenas prácticas.
¿Alguna vez has notado que:
- ¿Ropa que permanece húmeda por mucho tiempo provocando malos olores?
- ¿Se acumula moho en las juntas de su lavadora?
- ¿El tambor de la lavadora empieza a desprender olores molestos?
¡Estas son sólo algunas de las causas más comunes! ¡Pero actuemos ahora!
No dejes la ropa sucia por mucho tiempo
Una de las primeras medidas que adopté fue no dejar la ropa sucia en el cesto por mucho tiempo . En verano, el sudor y la humedad atrapados en la ropa pueden provocar rápidamente el crecimiento de bacterias y, en consecuencia, olores persistentes . Este es un pequeño cambio en mi rutina que ha marcado una gran diferencia:
- Empecé a lavar la ropa al menos una vez cada dos días para evitar que el olor se volviera demasiado intenso;
- Utilizo cestas ventiladas , o más bien perforadas , que favorecen una buena ventilación y reducen la humedad;
- Evito juntar ropa muy húmeda con otra más seca. O si algunas están muy húmedas (como toallas) las aireo antes de meterlas en el cesto.
Con estas sencillas medidas he conseguido mantener mi cesto de la ropa sucia mucho más fresco y los malos olores han disminuido notablemente.
Lávalos a la temperatura adecuada.
Otro consejo valioso es lavar la ropa a la temperatura adecuada . Lavar a temperaturas demasiado bajas puede resultar insuficiente para eliminar las bacterias . En cambio, lavar a temperaturas más altas ayuda a garantizar que se eliminen todos los gérmenes y bacterias, manteniendo la ropa fresca y limpia :
- Para los blancos , utilizo temperaturas entre 60°C y 90°C , que también ayudan a mantener el blanco brillante.
- Para los tejidos de colores , una temperatura entre 40°C y 50°C es suficiente para una limpieza profunda sin dañar los tejidos.
Eso sí, siempre debes prestar atención a las etiquetas de las prendas y seguir las instrucciones para no arruinar las telas.
No dejes ropa en el tambor.
Un error común que cometía a veces era olvidar mi ropa en el tambor después de lavarla. Pensé que dejar la ropa en el tambor unas horas no haría mucha diferencia, pero me equivoqué. En realidad, este pequeño descuido favorece la aparición de malos olores y muchas veces también conduce a la formación de moho .
Ahora siempre trato de sacar la ropa apenas termina el ciclo de lavado . Puede parecer algo pequeño (incluso bastante obvio), pero tiene un impacto significativo en la limpieza y frescura general de tu ropa.
No cerrar la puerta al final del lavado.
¡Este es el consejo que casi siempre doy! Es decir, nunca cierres la puerta de la lavadora inmediatamente después de sacar la ropa.
Dejar la puerta abierta permite que el aire circule por el interior del bidón , favoreciendo la evaporación de la humedad residual y evitando el clásico olor a cloaca . Además, reduce el riesgo de que se forme moho en las zonas más escondidas (¡como la junta! ).
Secar la cesta y sellar todos los días.
Finalmente, un hábito que tengo integrado en mi rutina diaria es secar el tambor y el sello de la lavadora todos los días . Después de cada lavado, uso un paño seco para eliminar el agua residual que queda después de cada ciclo.
Presto especial atención a la junta , que es un punto crítico donde el agua tiende a estancarse y donde se puede formar moho. Haz esto:
- Abra la puerta y seque bien el interior del tambor con un paño seco.
- No olvides los pliegues de la junta , donde el agua tiende a estancarse más.
- Una vez seco, dejar la puerta abierta para facilitar aún más el secado.
De esta forma será muy sencillo evitar malos olores en la lavadora, ¡especialmente en una época calurosa como el verano!