¿Eres un gran cocinero? Seguro que utilizas mucho el lavavajillas para lavar tus utensilios, y te facilita mucho el día a día.
Sin embargo, debes saber que hay algunos objetos que no se pueden lavar en el lavavajillas. Si intentas lavarlos en la máquina, corres el riesgo de sufrir daños irreversibles.
Conoce hoy estas 4 cosas que nunca deben lavarse en el lavavajillas, ya que podrían dañarse.
Utensilios de madera
Los utensilios de madera se utilizan a menudo en la cocina, pero son especialmente frágiles y deben utilizarse con cuidado.
El agua caliente y los detergentes agresivos pueden hacer que la superficie de madera se hinche o se agriete por el calor excesivo.
Para preservar su belleza, basta con lavarlos suavemente a mano con zumo de limón o vinagre blanco. Después, sécalos inmediatamente. También puedes dejarlas en remojo en un recipiente con agua tibia y bicarbonato sódico durante 30 minutos.
Sartenes antiadherentes
Las sartenes antiadherentes son muy prácticas en la cocina, pero requieren un cuidado especial. No deben meterse en el lavavajillas, ya que el calor puede dañar la superficie antiadherente.
Cuando este revestimiento se daña, la estructura de la sartén deja de estar en buen estado y el resultado ya no son comidas de buena calidad.
Por lo tanto, debe evitar meter este tipo de utensilios en el lavavajillas para mantener intacta su superficie antiadherente. En su lugar, lávelo a mano con una esponja suave humedecida con vinagre de vino.
Sartenes y cacerolas de hierro fundido
Al igual que las sartenes antiadherentes, el hierro fundido es un material que requiere un cuidado especial a la hora de lavarlo.
En general, el exceso de agua y los detergentes fuertes pueden dañar el revestimiento de sus utensilios de hierro fundido. Para evitarlo, límpielos a mano sin sumergirlos en agua. Después, sécalos inmediatamente para evitar que se oxiden. De este modo, podrás conservarlos durante mucho tiempo.
Vajilla de cobre
Mucha gente sigue utilizando la vajilla de cobre, que se distingue por su brillo y belleza. Aunque el cobre es un material fuerte y resistente, puede perder su magnífico aspecto al entrar en contacto con el calor y los detergentes químicos del lavavajillas.
Para mantener su brillo excepcional, basta con lavar la vajilla de cobre con una esponja suave y un poco de vinagre o zumo de limón.
