Cuando compró su coche, era imposible no fijarse en lo brillantes que eran sus llantas. Tenían un aspecto estupendo y parecían muy duraderas. Pero con el paso de los años, tus llantas, antes brillantes, se han vuelto opacas, ennegrecidas y rayadas, acumulando todo tipo de suciedad.
Sí, estos accesorios son muy frágiles, sobre todo si has descuidado su mantenimiento. Para dar una segunda vida a tus llantas de aleación, aquí tienes algunos valiosos consejos para devolverles su antiguo esplendor.
Eliminar arañazos y suciedad con barniz
¿No obtiene un resultado satisfactorio con el producto que utiliza normalmente? Le recomendamos que utilice un barniz adecuado para sus llantas metálicas. Incluso puede utilizar un producto más fuerte.
No obstante, debería probar primero con un producto más suave. Pruébelo en una zona poco visible para evitar daños. Si observa que el barniz daña o decolora la llanta, deje de utilizarlo inmediatamente. Cambie de producto o consulte a un profesional.
No obstante, debe saber que un barniz adecuado puede funcionar perfectamente para este tipo de operación. Una vez eliminados los arañazos superficiales, el siguiente paso es pulir las llantas hasta conseguir un brillo y un acabado perfectos.
Para hacerlo con éxito, necesitarás un paño de microfibra limpio y sin pelusas para eliminar la suciedad y abrillantar toda la zona. Para terminar, aplica cera de coche o protector de llantas para evitar cualquier daño.
Abrillanta las llantas con vinagre
Algunos productos domésticos que tienes en casa pueden hacer brillar tus llantas. El vinagre, por ejemplo, es un valioso aliado con fantásticas propiedades desengrasantes y limpiadoras. Sólo necesitas vinagre y agua para darle un nuevo aspecto a tus ruedas.
¿Qué hay que hacer? Vierte el vinagre en un cubo de agua caliente. A continuación, lava las llantas con una esponja suave utilizando esta solución de vinagre. Por último, seca con un paño de microfibra.
Limpiar las llantas de aleación con limón
Para conseguir un brillo intenso e incomparable, una idea muy ingeniosa es utilizar limón. Coge el cítrico amarillo y córtalo por la mitad. A continuación, frota cada mitad sobre la superficie de la llanta como si fuera una esponja natural. Déjalo actuar unos 10 minutos antes de aclarar y secar.