En la época de nuestros abuelos, el tema de la ecología aún no estaba en el centro del debate. Sin embargo, podemos ver que en el pasado se comportaban de forma más eco-responsable sin ser conscientes de ello.
Hoy en día, la ecología se ha convertido en una cuestión de primer orden. Si queremos que el planeta Tierra sobreviva a largo plazo, tenemos que hacer una serie de cambios a nivel individual, nacional e internacional.
En otras palabras, para preservar el medio ambiente, todos y cada uno de nosotros debemos comportarnos de forma más responsable y emprender acciones ecológicas a diario.
Hace apenas unos años, el cambio climático aún no era un problema. De hecho, no era un hecho conocido y nuestros abuelos desconocían por completo la existencia de estos nuevos términos como ansiedad ecológica.
¿Eran ya ecológicos nuestros abuelos sin que ellos lo supieran?
De hecho, nuestros antepasados de antaño destacaban por un comportamiento más respetuoso con el medio ambiente que el nuestro. Tenían una educación más sobria y ecológica y lo aplicaban a su vida cotidiana.
Según Christine Castelain Meunier, socióloga del Centre national de la recherche scientifique (CNRS) y coautora de Devenir écoféministe, en las columnas de Ouest-France, nuestros abuelos “sin saberlo, lo habían entendido todo sobre el desarrollo sostenible”.
Y añade: “No se preocupaban por el medio ambiente, porque éste formaba parte de su concepción de la vida”.
Sin embargo, estos gestos ecológicos pueden incorporarse a la vida cotidiana, aunque estemos en pleno siglo XXI. Estos gestos pueden ser una gran fuente de inspiración.
Tender la colada al aire libre
Hoy en día, muchos hogares están equipados con una secadora para que la ropa se seque más rápido. Sin embargo, si cuelgas tu colada húmeda al aire libre, el sol puede secarla de forma natural y rápida. Es una forma estupenda de ahorrar energía.
Prepara productos domésticos DIY
En lugar de comprar productos para el hogar llenos de sustancias químicas tóxicas, haz lo que hacían nuestros abuelos y elabora tus propios productos de limpieza.
Puedes utilizar ingredientes sencillos y baratos como vinagre blanco, bicarbonato de sodio o jabón de Marsella.
Reciclar productos usados para convertirlos en útiles
Antiguamente no había clasificación de residuos. Sin embargo, nuestros antepasados no lo tiraban todo a la basura. Almacenaban en casa productos aprovechables y reciclables.
Por ejemplo, guardaban ropa vieja, que luego convertían en trapos. Otro ejemplo es la bolsa de papel, que sirve para tomar notas.