3 buenas formas de reciclar las pieles de cebolla

Reciclar las peladuras de cebolla como otros residuos domésticos es interesante en muchos sentidos. Descubre cómo puedes beneficiarte de esta práctica.

Por eso debes reutilizar las cáscaras de cebolla

A partir de ahora, piénsatelo dos veces antes de tirar ciertos tipos de residuos a la basura. De hecho, en el caso de las cáscaras de cebolla, puedes dar nueva vida a muchos productos transformándolas.

No sólo estás ahorrando dinero al evitar los residuos, sino que también estás haciendo algo bueno por el planeta, gracias al reciclaje.

Las cáscaras de cebolla están repletas de nutrientes esenciales, como fibra, flavonoides, vitaminas A, C y E, así como antioxidantes.

Gracias a su alto contenido en fibra insoluble, la cáscara de cebolla es un aliado para depurar el organismo, así como para regular el tránsito intestinal.

La cáscara de cebolla también contiene quercetina, que contribuye a la salud del sistema cardiovascular y a una mejor regulación de la presión arterial.

Como puedes ver, este desecho amigable con el medio ambiente es un auténtico remedio natural que realmente no deberías desperdiciar.

3 buenas formas de reciclar las cáscaras de cebolla

Antes que nada, es importante señalar que las mejores cáscaras de cebolla son las de cultivo orgánico. De este modo, no se corre el riesgo de consumir productos ricos en pesticidas y tratados con fertilizantes químicos.

La primera idea para reciclar las cáscaras de cebolla es convertirlas en condimentos. Puedes utilizarlos para aromatizar tus platos.

Aquí tienes los pasos a seguir al pie de la letra:

  • Guardar las pieles de cebolla;
  • Sécala en el horno durante una hora a una temperatura de entre 90°C y 100°C;
  • Transcurrido este tiempo, dejar enfriar;
  • Desmenúzala entre las manos para obtener una especie de polvo;
  • Utilice su polvo de cáscara de cebolla como aderezo para sus diversas preparaciones, como ensaladas o sopas.

También puede convertir la cáscara en harina para hacer pan, focaccia o quiches. Para guardarla, utilice un recipiente hermético.

Por último, puede utilizar las cáscaras de cebolla enteras para condimentar sopas o caldos. No es necesario licuarlas ni secarlas.