¡2 potentes remedios para eliminar las incrustaciones del horno!

El horno es uno de los aparatos más utilizados en el hogar. Ya se trate de asar pollo, dorar gratinados u hornear pan casero, puede hacerlo todo en muy poco tiempo.

Por desgracia, esta practicidad no está exenta de inconvenientes. A fuerza de encenderlo todos los días, el aparato se atasca mucho, con partículas de comida y depósitos de grasa esparcidos por todas partes.

Para limpiarlo, hay que buscar los métodos más eficaces que combinen rapidez y economía. Pues bien, has llegado al lugar indicado, porque existen estos 2 increíbles remedios que garantizan una limpieza a fondo de tu horno sin demasiado esfuerzo.

Sal de cocina

Cuando no limpias los depósitos de grasa, estos pueden causar un insoportable olor a quemado que se pegará a tus preparaciones en el horno. Para eliminarlos, puede confiar en la eficacia de la sal de cocina.

Este ingrediente puede eliminar eficazmente la grasa de diversas superficies gracias a sus propiedades abrasivas y absorbentes. Si quieres utilizarla para limpiar tu horno, te explicamos cómo.

  • Humedece las partes sucias con un paño húmedo.
  • A continuación, rocíe toda la placa con la sal de cocina.
  • Calienta el aparato a una temperatura de 50 grados y apágalo cuando la sal se vuelva marrón.
  • Cuando la sal esté fría, frota la sal y la capa de grasa que hay debajo con una esponja o un cepillo.
  • A continuación, limpia todo el interior del horno con un paño humedecido en agua jabonosa y dale un último aclarado con un paño húmedo.
  • Sécalo y airéalo antes de volver a utilizarlo.

Zumo de limón

Los laterales y las ventanas de tu horno no se libran de las salpicaduras grasientas cuando preparas pollo con mantequilla. Para deshacerte de estas salpicaduras grasientas, puedes recurrir al ácido cítrico del zumo de limón. Sólo tienes que seguir estos sencillos pasos:

  • Exprime el zumo de 2 ó 3 limones y vierte el líquido resultante en un pulverizador.
  • Añade un vaso de agua y agítalo enérgicamente.
  • A continuación, rocíalo por todos los rincones de tu horno.
  • Deja que actúe durante un rato antes de frotar los laterales, las ventanas y las rejillas con un cepillo de dientes viejo o un cepillo de fregar.
  • Aclara abundantemente y seca el horno con un último trapo.
  • El resultado: un horno superlimpio que huele de maravilla.