Aquí tienes algunos consejos prácticos de los profesionales sobre cómo hacer bien la limpieza de verano. Todo quedará limpio en un abrir y cerrar de ojos
Para limpiar bien la casa o el piso durante la temporada de verano, necesitarás mucho esfuerzo, paciencia y codos.
Hay un montón de tareas domésticas que hay que hacer. Pero si sigues estos consejos, podrás mantener tu casa limpia durante todo el verano.
Algunos consejos inestimables para limpiar bien tu casa en verano
Aunque el termómetro marque una temperatura sofocante e insoportable, no olvides limpiar la casa unas 4 veces por semana.
Para ello, empieza a limpiar a primera hora de la mañana. Si empiezas a limpiar a las 7 de la mañana, podrás aprovechar la brisa matinal, que refrescará el interior de tu casa.
Y si sólo tienes libre la tarde después del trabajo, también es el mejor momento para limpiar, ya que las temperaturas bajan por la noche.
Cuando aprieta el calor, la basura se convierte en un gran problema. Y con razón: cuando sube el mercurio, la basura puede desprender un olor muy desagradable. Esto se debe principalmente a los restos de comida que quedan atrapados en la bolsa durante varios días. Para evitarlo, hay que tirar la basura todas las noches.
Como las temperaturas son muy altas, no hay que olvidar abrir las ventanas para garantizar una buena ventilación. A continuación, hay que establecer un calendario preciso de limpieza.
Por ejemplo, empieza el primer día limpiando el dormitorio y el cuarto de baño. Al día siguiente, sigue con la cocina y el salón.
Todos los días es importante limpiar las zonas donde se come, porque las migas y los restos de comida pueden llegar a todas partes. De lo contrario, hormigas y cucarachas pueden invadir los espacios muy rápidamente.
Hay que cuidar las sábanas. Hay que cambiarlas con regularidad, sobre todo durante los meses de verano, porque respiramos mucho por la noche. Para evitar que se formen malos olores, cámbialas cada 5 días.
Por último, no olvides limpiar el suelo porque puedes acabar con los pies negros, sobre todo si estás acostumbrado a andar descalzo.