El aloe vera es una planta ornamental muy popular. También se utiliza por sus increíbles propiedades terapéuticas.
El aloe vera es una planta grasa y puede enfermar por falta o exceso de agua. En este caso, su planta puede sufrir lo que se conoce como podredumbre de la raíz, una enfermedad bastante común. El sol también puede quemar las hojas de tu aloe vera.
Si notas que tu planta empieza a marchitarse, hay un problema y debes tomar medidas inmediatas para salvarla.
¿Qué debo hacer para salvar una planta de aloe vera moribunda?
Saque el aloe vera de la maceta
Dale la vuelta a la maceta con la cabeza de la planta hacia abajo y, a continuación, retírala con cuidado para que puedas ver las raíces apuntando hacia arriba.
En este punto, comprueba el estado de las raíces y corta las que estén blandas, podridas o ennegrecidas con un cuchillo desinfectado.
A continuación, elige una nueva maceta, ni demasiado grande ni demasiado pequeña, sino de tamaño medio. La maceta debe ser más grande que las raíces, pero si es demasiado grande, la tierra retendrá el agua y las raíces se pudrirán rápidamente.
Elegir la tierra adecuada
Al trasplantar, hay que elegir una tierra que garantice el drenaje del agua, como una que contenga arena. También puedes elegir una tierra especial para suculentas.
A continuación, sacude suavemente las raíces para eliminar la tierra vieja. Vierte un poco de tierra en el fondo de la maceta y coloca la planta con cuidado. Añade más tierra para cubrir las raíces. Espera unos días antes de regar tu aloe vera.